lunes, 12 de julio de 2010

Pensamientos autodidactas

Una de las razones por las que compré un reproductor mp3 hace algunos meses fue para distraer mi mente en esos largos trayectos en metro de la casa a la oficina y de regreso. La voces de mi cabeza tienen la mala costumbre de ponerse a decir cosas que no quiero escuchar cuando no estoy ocupado en algo, es por eso que creo que tener tiempo libre es el peor castigo de todos; irónicamente trabajo en un lugar donde me sobra el tiempo y no puedo aprovecharlo al estar atado a mi lugar de 9 a 7.

Antes bebía para ahogar las penas; beber me tranquilizaba callando esas voces que se la pasaban recordándome mis problemas sin dar solución alguna. Pero así como las penas aprendieron a nadar y le quitaron su efecto benéfico al alcohol ahora han aprendido a gritar y la música no las calla por completo. Me consuela que en esta ocasión, entre las voces que dicen pendejadas, hay una que antes no estaba y que da argumentos para no hacerle caso a las demás.

Creo que tendré que volver a la lectura en el metro esperando que las voces no aprendan a escribir.

6 comentarios:

Elza dijo...

Ya sabes el destino de tus voces. Independientemente de eso ¿Qué escuchas?

Anónimo dijo...

mátalos...mátalos a todos

DvD dijo...

¿Ya está de moda oír voces o que pedo? Conozco como a 4 güeyes que disque escuchan voces. Yo sí las oigo, son como alter-ego's.
Para “callar” las voces haz… haz… haz… emmm, buena idea lo del émepetres.


Saludos

Dani Sonrisas Màgicas dijo...

Ay...como?
En serio son voces malignas de tu mente esquizofrenica?

No, en realidad creo que solo se trata de tu consciencia!!!

Saludos Janus...

años sin pasar porque mi compu estaba descompuesta!!!

Mafalda dijo...

Y si mejor.... tomas prozac?

Unknown dijo...

Está cabrón que no disfrutes embriagarte y que le des importancia a cosas tan pendejas.
Escuchalas atentamente, algo provechoso debe haber en esos mensajes.