Me gusta rascar mis heridas, a veces hasta que sangran. En esta ocasión la herida ya no me dolía, me ardía, y por ardor quiero decir que es algo que me intriga y que mi curiosidad me obliga a buscar enterarme.
Tengo un par de meses donde he vuelto a contactar a L., todo por msn. Me he hecho la víctima, le he dicho que la extraño, me he puesto como el idiota de la historia otra vez. ¿Con qué fin? Bueno, ganarme el derecho a hacer preguntas. Hace unos días el experimento rindió algunos frutos.
Haciéndome el sufrido por todo lo sucedido, le pregunté por qué me mintió sobre haber andado con el japo. Según ella jamás me mintió, cuando le preguntaba si era su novio aún no lo eran y cuando yo le preguntaba por "su novio" jamás lo negó. Cuestión de hacer la pregunta correcta. en el momento correcto. Misterio #1 resuelto.
Hace unas horas continué mi estrategia. Confieso que lo hago porque encuentro un placer culpable en hacerla sentir querida. Me sorprendió que la sesión de reclamos la inició ella preguntando cuándo admitiría que la adoro. Me negué mucho alegando que eso es algo que ya sabe y que ya le he dicho, hice referencia al momento en que le pedí que anduvieramos formalmente. Su respuesta me sorprendió, "eso decías pero aún estabas enamorado de tu ex". Misterio #2 resuelto.
Nunca había recapacitado en ese punto. Ella en algún momento me vió sufrir por M2, estaba consciente de cuánto la quise y de cuánto la extrañaba. Al pedirle que formalizáramos ella sabía que no estaba 100% convencido. Todo el asunto de jugarme chueco fue su forma de empatar el marcador. Al darme cuenta de esto ya no le guardo rencor, creo que la entiendo y en cierto modo la justifico. Lo declaro un empate y tan amigos con siempre.