Aproveché las casi dos horas que estuve atorado en el tráfico rumbo al trabajo para filosofar. Esta ocasión decidí no hacerlo sobre lo asquerosa que es mi vida, el gran vacío que me acongoja o todo el trabajo que he tenido las últimas semanas. Ahora reflexionaba sobre lo imbeciles que somos los humanos para generar embotellamientos sin motivo, esos donde nadie avanza por largos tramos y cuando llegas a la parte donde el tráfico fluye te das cuenta de que no había un motivo para no avanzar, ni siquiera uno de esos choques que tanto morbo nos generan o una pequeña inundación de temporada. Es increible como es que seres que supuestamente pueden razonar las cosas sean capaces de generar un problema que afecta a un grupo considerable de individuos y que NINGUNO haga nada por resolverlo.
Tras unas cuantas mentadas de madre llegue a la parte más filosófica de todo el viaje: Si supuestamente Dios nos hizo a su imagen y semejanza y nosotros, en promedio, somos unos completos imbéciles entonces Dios es el más grande imbécil de todos.
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7 comentarios:
Por alguna razón había escrito un comentario en tu entrada que desapareció. Solo diré que Dios es idiota, que todos los somos también. Maldita sea el primero era mucho mejor, en serio.
Amén
jajaja muy buena reflexión.
tienes un punto!!
Alguien no fue a sus clases de filosofía.
Si Dios es un idiota tiene fallos, si tiene fallos no puede ser Dios. Lo que seguía a tu razonamiento era la prueba de la inexistencia de Dios.
Relax, no coincido con tu razonamiento ya que si Dios no existe no tendría a quien mentarle la madre cada que algo malo me pasa. Deja que Dios te escuche y verás como te va.
Jaja, ahorita un teólogo muy fácil se escurriría de tu queja y te diría: Ni modo, hermano, es el libre arbitrio.
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