sábado, 31 de marzo de 2012

Aburrido

No sé cómo pasó, bueno sí sé pero no termino de creerlo. No porque sea algo fuera de lo común, tiene que ver más con que mis prejuicios regularmente no me dejan intentar cosas como lo que viene siendo bailar. No es que haya bailado realmente, hice el intento que ya es ganancia.

Ayer fue cumpleaños de mi jefa, razón por la cual cancelé mis planes de irme a poner como albañil en día de raya al Foro Sol presenciando como le partían su madre a los Diablos por irme a embriagar a un pub en la Condesa. A dicho festejo asistió la treintona con la que saldré mañana al cine, entre otras personalidades. Platicando con ella, ya con unos tragos encima, decidí que era prudente sondear sus planes en cuanto a salir con alguien. Resulta que no está interesada en algo ocasional, lo cual le da al traste a mi idea de tener una relación informal. Una vez que tuve la información decidí regresar a seguir bebiendo.

A eso de la media noche decidió que era hora de moverse a uno de esos lugar donde ponen salsa y la gente baila en todos lados sin importar si es pasillo o la salida de emergencia. Como era de esperarse rechacé la invitación y me quedé embriagándome con mi jefa hasta pasadas la una y media, hora en que se acabó la botella. Ya en el sitio de taxis recibí la sugerencia de alcanzar a la treintona en el antrucho ese, sugerencia que medité durante 10 minutos hasta que dije "al carajo", apagué el cerebro y tras evitar varios golpes de parejas que bailaban por doquier, di con la mesa donde estaban concentradas las cuatro mujeres, entre ellas la treintona, que iba buscando.

Seguramente ya me imaginaron: sentado, vaso de whisky en mano, con mi jeta de "no estoy disfrutando esto" en medio de parejas de sujetos pretenciosos (varios de ellos arriba de los 40) dando vueltas con mujeres que creen derrochar sensualidad con sus pasos. Pues aunque no lo crean no fue así ya pasé aproximadamente una hora bailando con las citadas 4 mujeres, una por intento, haciendo el ridículo con mi paso de barquito en altamar e intentando aprender lo que al parecer todo el mundo dominaba en ese lugar.

En condiciones normales nunca habría hecho el intento de pararme en esa clase de lugares ya que ese representa uno de los peores escenarios para mi pero tras meditar las posibles razones del por qué terminé yendo concluí que no es porque ande muy necesitado o porque esta mujer me interese mucho, lo que pasa es que estoy verdaderamente aburrido y necesito algo con que azotarme. Así que a falta de algo mejor que hacer y traumas viejos que revivir (sigo manteniendo a M1 fuera de mi vida y L. se niega a recuperar el tiempo perdido) tengo que encontrarme algo nuevo y la treintona es lo siguiente en mi lista.

Ahora sólo falta ver cómo me va mañana en otro de los peores escenarios para mi persona: el cine.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muero por leer qué tal estuvo lo del cine.

Como dicen, (aunque no sé si sea bueno decirlo) lo bailado ya nadie te lo quita.

Janus dijo...

Pronto lo postearé, de momento tengo que ordenar las ideas.

la mis dijo...

Hubiera pagado lo que sea por verte en ese escenario. Nada más gracioso que un hombre intentando acoplarse al ambiente extraño.

SALUDOS.

Janus dijo...

Te hubieras divertido bastante viendo mi cara cuando me pedían que moviera la cadera al bailar o cada que algún cuarentón me pegaba por tratar de hacer algún paso lucido para impresionar a su pareja veinteañera.

Unknown dijo...

Cambia el término "treintona", por mujer en plena flor de la juventud.

Ele y Juan Pa
sailing-nena.blogspot.com