Te estás tardando

Ayer vino mi amigo E. a sacarme de mi casa como acostumbra: con engaños. Esta vez me dijo que lo acompañara por una señorita (en realidad usó el término "vieja") a unas calles cerca de mi casa y que volveríamos en media hora. Como siempre, lo acompañé. En realidad esta vez me tenía una sorpresa, la vieja por la que ibamos era la mismísima M3, quien había venido porque E. la había invitado por unos tragos.

No había mencionado a M3 desde el 30 de agosto de este año, día en el que la conocí (no me aprendí la fecha, consulté el archivo del blog. No estoy tan enfermo como para saberme la fecha). Desde ese entonces hemos tenido más contacto y he descubierto cosas de ella que me gustan mucho. Podría decir que entre más la conozco más me llama la atención. Ayer no fue la excepción. Me gusta demasiado su forma de ser, su sentido del humor incluido. Su declarada adicción por las drogas de farmacia como su ninfomanía me parecen demasiado interesantes y bueno, físicamente no le pongo ningún pero.

Desgraciadamente, entre más me gusta más creo que no le intereso. E. dice que ya me tardé en hacer de sus conocimiento mis intenciones pero como ya he expresado aquí, mis habilidades y mi valentía dejan mucho que desear.