martes, 11 de mayo de 2010

Positive thinking

La madrugada del domingo, mientras le propinaba una paliza a Shikamaru en buscaminas, el citado sujeto mencionó que comenzaba a creer que pensar positivamente tiene sus beneficios. Le pedí que dejáramos el tema para otro día puesto que mi concentración estaba en nivel que un caracol fácilmente hubiera podido superar.

Desde ese entonces me estado meditando sobre eso de pensar positivamente. Recordé como en mi tercer semestre de la universidad, cuando todavía creía que cuatro años y medio se irían rápido, decidí que sería buena idea llevar sobrecarga todos los semestres para así ahorrarme medio año de tortura. Estaba emocionado porque tenía una meta alcanzable y que me daría ventajas en muchos sentidos. Tal era mi motivación por terminar antes la carrera que me era imposible pensar en otra cosa, lo que contagió al resto de mis pensamientos volviendo positivos a la mayoría de ellos. Para no hacer el cuento más largo, ese semestre fue el único donde terminé con un promedio general superior a 90, teniendo 6 de esas 7 materias con promedio de 90 o más. Pensar positivamente había pagado muy buenos intereses; desgraciadamente mi cerebro se reveló y para el semestre siguiente me fue imposible repetir la programación mental, razón por la cual volvieron el desgano y la apatía para nunca irse, al contrario, se incrementaron con el paso de los semestres.

De las pocas cosas que Shikamaru alcanzó a alegar antes de que le pidiera postergar la conversación fue el hecho de que pensar positivamente se enfrenta a un gran problema: es imposible, ante cualquier situación, no pensar que en cualquier momento pasará justo lo contrario a lo que quieres, cito un ejemplo: Cuando estás en un mano a mano en poker, es imposible no pensar que en la última carta va a salir aquella que le da el triunfo a tu rival. Tiene mucha razón.

Pasados los semestres no sólo no terminé un semestre antes mi carrera, sino que me atrasé un semestre con respecto a mis compañeros de generación por razones ya descritas en este blog. Esperar lo malo es una buena estrategia cuando lo que se busca es evitar que te partan el corazón. Eso es lo que la vida nos ha enseñado a muchos y por eso no culpo a Shikamaru al desconfiar de lo que pueda pasar aunque también en cierto modo creo que pensar positivo puede influir en el resultado de las cosas.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Entonces ¿sí ó no?
Hay muchas cosas que salen de nuestro control, pero si estas aplicando el pensamiento positivo, difícilmente una situación adversa logrará que tu propósito se vea interrumpido, puesto que eres Tú y nadie más quien quiere y necesita el cambio, por consiguiente el único responsable de lograrlo o seguir reiterando los viejos vicios de la actitud.
Disculpame mi buen Janus, me proyecté, ¿sabes? el impulso no me dura más de tres días y vuelta a empezar.
Luego nos leemos.

NTQVCA dijo...

Pues mira, yo recuerdo que lo que más me gustaba en la vida era cantar, cuando lo hacía esa sensación de felicididad me embargaba por completo y me hacia sentir la piel chinita chinita, hace mil años que no recuerdo que algo me haga sentir así de feliz, ahora me han recomendado las famosas flroes ed Bach, no se si habras escuchado de ellas y dede repente he vuelto a tener esa sensación, lo que me preocupa ahora es que va a pasar cuando me las deje de tomar.
Echele ganas muchachon.

Elza dijo...

Es como todo ¿No? ...Se usa lo que sirve, a veces viene bien adelantarse con un final horrendo mental para que sirva de amortiguador con lo que realmente sucede y a veces, es verdad, sirve alejar las ideas negativas por que si no se tiene control, se vuelven actos, promesas autocumplidoras y creo que todos hacemos eso todos los días,fieles a un mundo que nunca nos dara gusto...

Dani Sonrisas Màgicas dijo...

Pensar positivamente es re cagado... tener grandes expectativas también.
Mejor, de corazón digo: Flojito y cooperando...
Mejor es no esperar nada, no pensar ni positivo ni negativo...nada.
La vida es extremadamente extraña.

Anónimo dijo...

mi estimado, el tema se desvirtuo totalmente y se convirtio en una discusion de optimismo barato, el cual no pienso ni siquiera discutir, es evidente que si le echas mas ganas las cosas salen mejor, pero ese no es el tema, luego discuto contigo al respecto, porque para hablar de optimismo barato, que hueva...