domingo, 5 de agosto de 2012

Vacaciones

Tiene tiempo que por alguna extraña razón tengo ganas de ir a la playa. Una playa disfrutable, no como la de Coatzacoalcos que he tenido oportunidad de visitar en mis recientes viajes de trabajo y que no es ni de chiste aprovechable empezando por el desfogue de aguas negras que supuestamente el municipio ya no realiza. No sé por qué tengo ganas de ir a la playa si de entrada los lugares donde el clima es calurosamente húmedo no me agradan en lo absoluto. Probablemente sea por ese cliché de vacacionar en la playa que debió quedarse grabado en mi cabeza ante algún evento de mi infancia o alguna idea que tomé de algún folleto mientras esperaba a que me atendieran en algún lugar.

A pesar de estas ganas de ir a la playa no me había decidido a ir. En al menos dos ocasiones fui invitado como parte de un plan masivo y, sin contar las múltiples ocasiones donde E. canceló el plan de ir por falta de entusiasmo de los convocados, al final siempre terminaba pensando que no tenía sentido y rechazaba la invitación. Total, Acapulco siempre estará ahí para nosotros los chilangos.

Este mes A. debe tomar vacaciones por orden directa de su jefe. Decidió que el último fin de semana sería el indicado para tomarse el viernes previo y el lunes posterior para armar un puente. Creí que lo tomaría como un tiempo de paz y calma para alejarse de todo, incluido yo. Qué iluso fui. Al hacerle el comentario pareció molestarse, la conversación comenzaba a convertirse en discusión ante mi incapacidad de explicar por qué pensé que se alejaría de todo en esos días. Para evitar la pelea, A. me hizo una sencilla pregunta: ¿Cuento contigo ese fin de semana? Respondí que sí.

Un par de días después, J.J. la estaba orientando en la compra de dos boletos de avión, uno a nombre de un homónimo mío, y una reservación de hotel para dos personas en Playa del Carmen, lugar donde A. decidió pasar sus vacaciones en compañía de su novio. Hasta ese momento no me había caído el veinte de que me estaban "avisando" que oficialmente iría a la playa. No es que no me haya preguntado, antes de cerrar el viaje A. me había sondeado sobre los lugares a donde podríamos vacacionar y se me ocurrió decir la playa. Jamás imaginé que lo tomaría tan en serio y organizaría todo para que así fuera.

Y lo anterior es el preámbulo para contar que tengo "planeado" el primer viaje de mi vida en pareja como una muestra más de como esta relación va muy rápido y está tomando un rumbo que jamás me imaginé. Tengo miedo de terminar mudándome con ella más pronto de lo que imaginé, aunque igual y eso es lo que necesito. Ya sé que probablemente estoy sobreanalizando las cosas y esto no es más que un simple viaje, pero no me pueden culpar por estar nervioso por no estar acostumbrado a tener este tipo de actividades con tinte tan matrimonial.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No te olvides del bloqueador solar ;)

Cabrón Insensible dijo...

Ya te cargó el payaso, cuate.

Jorge Ramiro dijo...

Siempre es lindo que lleguen las vacaciones y poder irse a la playa. En este momento estoy buscando datos de los Mejores hoteles en Playa del Carmen ya que me han dicho que ahí hay excelentes playas para disfrutar y un muy buen clima que acompaña

Janus dijo...

Dandelion: No debo olvidarlo o regresaré rojo camarón.

Cabrón: Eso supuse.

Jorge: Supongo que tu comentario es spam por el link que compartiste así que me limitaré a decirte que sí.

la mis dijo...

uiiiiiiiiiii, pero qué ricas vacaciones!