sábado, 19 de mayo de 2012

Retiro

Jueves y viernes fui enclaustrado en una especie de hacienda donde no había señal de celular, y por consiguiente tampoco internet, la única computadora que vi en todo el viaje fue aquella donde se proyectaron las presentaciones sobre la "filosofía" de la empresa para la que trabajo y lo más cercano que estuve a usar algo tecnológico fue el apagador de la luz.

La empresa para la que trabajo no es una empresa del todo normal, al menos no conozco otra empresa donde toda un área pare su operación para irse de "retiro espiritual". En este evento varios directores de la empresa, y hasta el mismo presidente de la misma, van a exponer los puntos clave que han llevado a la empresa hasta donde está aunque en realidad lo que hacen es venderte sus ideas para que te involucres más entusiastamente en lo que sea que tienes que hacer. En resumen este retiro es el lavado de cerebro anual al que tienen que someternos para que continuemos motivados.

Parte de este proceso de lavado cerebral incluye realizar diversas actividades que contribuyen a la unión del grupo y nos enseñan valiosas lecciones que no fuimos capaces de entender hasta que pasamos el reto. Todo esto organizado por una empresa que se dedica a hacer una especie de show interactivo donde varios sujetos disfrazados son tus guías, en nuestro caso el guía fue un guerrero de la edad media que a la menor provocación me echaba en cara mi falta de entusiasmo. No sé qué tengo con los sujetos disfrazados que siempre terminan regañándome, si no es un caballero de la mesa redonda con su espada de plástico es un padre con su sotana y biblia en mano.

Como ya he dicho en escritos previos, me encuentro en una especie de calma que me ha ayudado a mantener a Janus alejado. En diversas ocasiones ha intentado malviajarme con sus estúpidas reflexiones, un ejemplo de ello es cuando me hace preguntarme qué es lo que hago con A. y no tengo una respuesta coherente que darme. Algo así me sucedió cuando, al terminar la segunda dinámica, la dama medieval que condujo la actividad llevó su reflexión justo a donde no quería diciendo "Si no tienen claro qué es lo que los hace levantarse cada mañana y seguir respirando entonces tienen un problema."

Y claro que tengo un problema porque hace años qué no sé para donde voy. Me he pasado los últimos años destruyendo o posponiendo, en el mejor de los casos, mis planes. Ahora, si me preguntan, no tengo un objetivo claro al que quiera llegar. No quiero una familia, mucho menos hijos y si no quiero esas dos cosas para qué quiero comprar un depa/casa si no habrá a quien heredarla. Tampoco quiero ser director de un gran corporativo, ni ser el mejor atleta del mundo. No quiero nada, así de simple. Me escudo en sueños idiotas como el tener un bar de cervezas importadas algun día y vivir en la bodega del mismo o cosas que al final resultan ser una mamada.

En esa misma reflexión, la dama medieval mencionó otra cosa que también me dejó pensando. No recuerdo las palabras exactas pero tenía que ver con el hecho de cómo nos gusta complicarnos la vida cuando el camino fácil también llega al objetivo, o algo así. Y es que me pongo a pensar cómo me gusta complicarme las cosas cuando van caminando sin mucho problema. Como con A. cuando me pregunto qué rayos hago con ella si no tenemos nada en común pero me la paso bien con ella y cumple la función de distraerme.

Resulta gracioso que un trío de personas disfrazadas me hayan dejado pensando.

4 comentarios:

Danny dijo...

Tal vez sea eso, que sólo ves a A como distractor, no creo que una relación sea para eso.

Manuel José dijo...

Insisto, lo que necesitas es cambiar de país. Seguro en Finlandia no te verían raro por ser 'poco animado', ni por 'bailar' chistoso.

Ve, el problema son ellos, no tú.

Unknown dijo...

=S

Ele y Juan Pa
sailing-nena.blogspot.com

David Navarro dijo...

Amigo, me siento identificado con tu forma de pensar y esa habilidad para sufrirlo todo. Pero, créeme, todo el tiempo que se sufre por no saber vivir, es baldío, porque no aprenderás absolutamente nada.
No te lo tomes a mal. Sólo es un deseo de que reinviertas esa capacidad de análisis en algo más edificante para ti que tus propias miserias.