miércoles, 20 de enero de 2010

Apuestas de la vida real

Acabo de hablar por teléfono con el amigo que literalmente me cedió su puesto laboral para irse a uno nuevo en una entidad gubernamental donde le pagarían más. Tenía rato sin hablar con él por un medio que no fuera el mensajero instantaneo por lo que no me había dado detalles de su trabajo.

Cuando su respuesta a mi pregunta "¿Qué cuentas?" fue "Nada, aquí deseando tener un delorian para volver al futuro" supuse que no le estaba llendo bien. Ya entrando en detalles me dice que ya se arrepintió de haberse cambiado puesto que el incremento económico no compensa las carencias con las que debe trabajar y sobretodo los malos ratos que la gente plenamente instalada en la burocracia le hace pasar.

Esto me puso a filosofar sobre como la vida es una gran apuesta "inequilibrada" ya que aunque en los números estés ganando puede que en esos aspectos intangibles e incuantificables (al menos de inmediato y de forma sencilla) termines perdiendo mucho más. Ahora, ya en terreno más personal, su caso me genera sentimientos encontrados ya que nunca me he alegrado del sufrimiento de mis amistades ni usarlos como consuelo a tener una vida que no me agrada pero de no haber sido por su mala decisión yo continuaría atrapado en mi anterior trabajo quejándome amargamente.

No cabe duda que la ganancia de uno obligatoriamente termina en la pérdida de otro... lástima que en esta ocasión el que perdió sea mi amigo.

2 comentarios:

Cabrón Insensible dijo...

No manches, yo quiero ser burócrata.

DDC dijo...

Cuuuuuuleeeeeero!!!!