lunes, 13 de febrero de 2012

Recuento de daños*

*post sin valor alguno.

Este fin de semana, para ser más específico la noche del viernes al sábado, pagué con intereses varias de las borracheras que me he puesto y donde me han tenido que cuidar. Aunque de entrada los 1,500 pesos que tuve que pagar para que no nos llevaran al MP y el iphone que le robaron a mi amigo resultaron un módico precio contra el otro escenario que era habernos estampado contra un poste y quién sabe en qué estado hubieramos acabado.

Me queda claro que ese primer retén que nos detuvo era una señal de que la noche no iba a acabar bien. No debimos haber pasado a ese table y mucho menos debimos seguir la borrachera en esa tertulia callejera donde mi amigo y yo no conocíamos a nadie y terminamos de brothers con sujetos 5 años menores que nosotros escuchando Creep cual adolescentes.

Conozco casos donde un susto te baja la borrachera, de hecho eso me sucedió en ese momento, pero jamás había visto a alguien a quien el susto lo pusiera más pedo y lo terminara inhabilitando. Afortunadamente nos topamos con policias hambrientos y pésimos negociantes, lo que sea de cada quien de no ser por ellos jamás hubiera podido sacar el coche del camellón donde quedó.

3 llantas ponchadas, un coche vomitado, un iphone robado, 1,500 de mordida fueron el saldo de una noche de copas que no se me olvidará en un rato. Afortunadamente yo tengo claro desde hace mucho que manejar ebrio es mala idea, por eso dejé de manejar, espero mi amigo haya entendido la lección.

Como castigo el sábado en la fiesta a la que fui pasé media hora escuchando a un sujeto de mi edad hablar de lo hermoso que es tener hijos y que ahora que llegue el tercero (sí, 3 hijos a los 25 años) va a tener la familia que siempre soñó. Por un momento sentí que jamás se iba a callar hasta que llegó el festejado y lo distrajo permitiéndome huir del lugar.

Y así fue como desperdicié mi vida este fin de semana. Veamos que nos depara el que sigue.

5 comentarios:

Manuel José dijo...

El problema de los borrachos que manejan viene en gran medida por la ausencia de transporte público nocturno. No se si sería rentable, pero, ¿a poco no suena bien la idea de un autobús que recoja borrachos y los lleve a sus casas? Yo bebería mucho más fuera de casa de ser ese el caso.

I'm Violet Veela dijo...

No sé qué iba a poner...pero Manuel tiene TODA la razón: necesitamos transporte nocturno.

Unknown dijo...

Odio las borracheras, Janus... no son de Dios.

Ele y Juan Pa
sailing-nena.blogspot.com

la mis dijo...

pero que peda señor...

Unknown dijo...

así pasa cuando sucede ... No, si transporte si hay, lo que no hay es seguridad!