La recompensa que obtuve al donar mi valiosa sangre a una causa noble fue unos análisis sanguineos gratuitos donde descubriría si por mis venas corre algún tipo de enfermedad venerea.Hace una semana una compañera de trabajo me pidió que donara sangre para su padre, quien se encuentra internado por un tumor en el estomago. Al no tener aún una limitante que me impida donar ya que nunca he tenido hepatitis, no me he hecho un tatuaje o perforación ni me han transfundido sangre no pude decirle que no. Durante la entrevista donde el médico me descartaría tuve que hacer referencia a mi disgusto hacia el condón y la confianza que le tengo a mi pareja; a pesar de mi irreponsable manera de tener sexo me permitieron donar, supongo que se debió a que L. es mi única pareja sexual en cinco años.
Según recordaran los asiduos lectores de este blog, hace poco estuve tentado a realizarme análisis para acabar con la incertidumbre que me generó todo el problema entre mi gerente y L. por lo que fue raro saber que me darían una copia de los análisis que le realizarían a mi sangre. El destino había hablado: era hora de terminar con la incertidumbre. No es que desconfiara de ella pero después de todo el drama había que tener precauciones; bien lo dijo mi siempre sabio mejor amigo "Se práctico, háztelos y si tienes algo le dices y si no pues tu como si nada".
Hoy se cumplió el plazo y recogí mis resultados, todos negativos. Tal vez no se terminó la incertidumbre en todos los aspectos pero el más importante, la salud, ha quedado claro y eso era todo lo que necesitaba.


