miércoles, 15 de enero de 2014

Prueba de amor

Siempre he dicho que lo que no fue en tu año no fue en tu daño. Si mezclamos este dicho con el de “el que busca encuentra” es natural que si andas de metiche violando la privacidad del correo de tu mujer luego no debas andar de chillón quejándote de haber encontrado cosas que hubieras preferido no saber. Esto es fácil de decir hasta que eres tu quien decide con total alevosía y ventaja empezar a revisar “solo unos cuantos correos” nomás para ver que el ex no le haya escrito y terminar chutándote todo lo que había en la cuenta, mensajes enviados incluidos.
 
No creo que nadie sea capaz de leer “Amor, qué buen chupetón me dejaste. A eso le llamo HACER EL AMOR”* sin sentir que un caballo les patea el estómago. Aunque si lo recapacitan, las mujeres, y la gente en general, son precisamente como los caballos: los compras en el estado en el que los encuentras.  Partiendo desde el hecho de que yo ya conocía la existencia del citado sujeto y de que todos tenemos un pasado (como prueba del mío tenemos este blog) no tengo razón para molestarme o sorprenderme de que ese sujeto le haya escrito esas cosas a mi mujer cuando aun no nos conocíamos por allá de 2006. Es más, para ese entonces yo seguía siendo virgen y qué iba a saber de eso a lo que él le llama “HACER EL AMOR”.
 
Los constantes mensajes de ese sujeto terminan por ahí de inicios de 2011 donde mágicamente no vuelve a haber un solo correo de él y los que siguen son solo de amistades y publicidad hasta llegar a 2012 cuando aparece su servidor, lo cual me hace pensar que ha borrado todo contacto con él posterior a estas fechas. Eso me hubiera dejado tranquilo, incómodo con lo hasta el momento leído pero tranquilo. No contaba con que se me ocurriría abrir la bandeja de enviados.
 
La caja de Pandora apenas se abría ya que en la sección de enviados encontré correos con un nombre que me sonaba familiar, casualmente el mismo nombre y apellidos de un sujeto con el que he trabajado y que también está en el pasado laboral de mi mujer sólo que yo no imaginaba que también estuvo con ella en el plano sentimental. Los correos van desde 2011 hasta abril de 2012, casualmente terminan días antes de que ella y yo nos hiciéramos novios oficialmente. En ellos me enteré de un viaje a Monterrey (él radica allá), otro a Taxco y un plan, aparentemente frustrado, de viaje a Europa. Cuando viajé a Monterrey el año pasado, conviví mucho con el citado sujeto y hasta ahora me explico por qué las preguntas sobre mi relación y cómo iba. De haber sabido que estaba sentado con otro de mis múltiples hermanitos de leche (Un saludo a L. donde quiera que esté).
 
Justo ahora que mi cabeza está trabajando y haciendo cuadres estoy entendiendo por qué mi mujer se molestaba cuando, en parte broma y en parte verdad, le decía que ese sujeto quería con ella y que era “su galán”. También me explico por qué cuando le pregunto si durante el periodo entre el ex y yo no estuvo con nadie siendo tan… como es, ella se limita a decir que tenía como “arreglárselas”.
 
Ya lo dije arriba y sigo pensando lo mismo: lo que no fue en tu año no fue en tu daño pero reto a cualquiera que tenga intenciones de escalar su relación actual a leer de principio a fin todo el contenido guardado en la cuenta de correo de su pareja. Si después de leerlo pueden mantenerse sin generar rencores, odios o problemas por lo que fue, pudo ser o pasó en la vida del otro para continuar con la vida que llevan juntos, eso será señal de que la relación podrá florecer.
 
Ahora, si me disculpan, debo salir a supurar todo este veneno que yo mismo me administré.
 
*No es una cita textual, el texto original contenía faltas de ortografía que no pude tolerar por lo que las corregí.