domingo, 27 de febrero de 2011

Delatores

Mi malestar general contra lo que soy y hago es tan notorio últimamente que mi "nueva" vecina de cubículo (cambiaron a la señora con la que me llevaba y aunque Mauricio sigue estando al otro lado ya me "prohibieron" hablar tanto con él... no, no trabajo en un kinder) casi a diario cuando me ve llegar me pregunta si ya estoy un poco mejor.

Por desgracia cuento con un rostro que delata mi estado de ánimo constantemente, he tenido que aprender a manejar mis gestos para no hacer una mueca que demuestre lo que pienso de la gente o mi opinión sobre alguna cosa que me digan. Desafortunadamente nunca he podido controlar mi mirada, es ella la que me traiciona y delata mi estado o condición temporal. Ya sea que esté borracho, deprimido o nervioso, todo lo podrán encontrar ahí si son lo suficientemente observadores.

Cuando la gente me pregunta por mi estado de ánimo sin que yo les haya dicho algo al respecto me preocupa, es síntoma de que he llegado al punto de no poder manejarlo aunque eso es algo que ya sabía. Como siempre, tengo ganas de hacer una estupidez pero esta vez tengo muy clara cual es: quiero dejar mi empleo. Puede que pronto tenga argumentos sólidos para dejarlo pero de momento sería una irresponsabilidad de mi parte. A veces quisiera no pensar tanto en las consecuencias y dejarme llevar, como si pensar tanto alguna vez me hubiera servido de algo.

domingo, 20 de febrero de 2011

Tiempos pasados fueron y serán siempre mejores

Me encuentro tirado en el patio trasero de mi casa, tomando el sol a ratos, escondiéndome de él cuando mi pálida piel con bronceado de funeraria se arde. Mientrás tanto mi madre realiza sus labores de ama de casa, trapea, riega las plantas, lava algunas prendas.

Le comento que siento estar viviendo un dejavú al observar el cielo sin nubes enmarcado por el techo del patio y la esquina de la casa de al lado. Dice que seguramente es porque de niño acostumbraba pasármela con ella mientras hacía sus labores preguntando cómo funcionaba la lavadora, que en ese entonces era de las que tenían ventanita en un costado, viendo la ropa dar vueltas.

Soy de esos que creen que el pasado siempre fue y siempre será mejor. Las cosas a toro pasado son más fáciles de apreciar. Soy del tipo melancólico en pocas palabras.

Extraño mi niñez porque fue una niñez tranquila, no me faltó nada ni necesité nada. Tal vez pude haber hecho más cosas propias de los niños pero nada de lo que me arrepienta porque no quiero volver a ese mal hábito de los arrepentimientos.

En este momento de mi vida donde sufro de ataques de nervios y frustración con todo y contra todo, donde busco una muleta de donde sostenerme ya sea en forma de píldora, alcohol o hierba me gustaría volver a esa infancia donde mi más grande preocupación era ver qué pasaba si abría la puerta de la lavadora.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Efecto placebo

Hoy inicié un tratamiento alternativo buscando un remedio para mis recientes ataques de stress, depresión y hartazgo (sí, todos juntos). Estas pastillas que estoy tomando supuestamente sirven para ayudar la oxigenación del cerebro eliminando el stress mientras mejora la memoria y la concentración.

La caja dice que debes consumir 3 pastillas 3 veces al día, la chica de la tienda dice que 1 en cada toma es suficiente. Yo he decidido que tomaré una al llegar a la oficina y una regresando de comer. Apenas llevo una toma y, aunque es pronto para ver resultados por lo menos hoy el efecto placebo me ayudó a terminar mejor mi día.

Espero siga dando resultados.

domingo, 13 de febrero de 2011

Sospecha

Tengo la ligera impresión de que me estoy enamorando y no sé qué hacer para variar...

martes, 8 de febrero de 2011

Rompiendo reglas

Una de las pocas reglas autoimpuestas que trato de no romper es la de no arrepentirme de nada. La vida es demasiado culera ya como para ir por la vida arrepintiéndose de lo poco o mucho que tuviste el valor o fuiste obligado a hacer. Además lo hecho, hecho está, sólo puedes aguantarte o corregirlo.

Desgraciadamente no puedo mantenerme así todo el tiempo. Estas últimas semanas me he empezado a arrepentir de algo que de haberme arrepentido a tiempo tal vez no me hubiera generado tantos problemas después. Estudiar la carrera que estudié en donde la estudié es algo que me ha estado causando problemas. Después de un poco de meditación creo que erré en la profesión que elegí, nunca me apasionó pero tampoco me había generado tanto descontento como recientemente lo ha hecho.

Muchas veces he llegado a pensar que si no hubiera estudiado una carrera mi vida sería mucho mejor pero me poco a pensar que de las pocas cosas buenas que hay, o hubo, en mi vida varias las tengo gracias a la carrera. Para muestra dos cosas: mantengo a mi actual grupo de amigos gracias a que conviví con ellos durante ese periodo y fue ahí donde conocí y me enamoré M2, lo cual ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida y no lo cambiaría por nada. El resto es 100% desechable pero la idea de perder lo anterior no me permite desear una segunda oportunidad para elegir otro camino.

Eso hace que pensar en que me equivoqué de carrera sea aun peor porque ahora sólo sé que es un error que volvería a cometer. Detesto arrepentirme de las cosas porque el sentimiento que me deja es demasiado molesto, es como traer una piedra en el zapato y no poderla sacar.

No me gusta lo que soy, no me gusta lo que hago. Necesito cambiar de vida ya.