lunes, 31 de enero de 2011

Consejos del Tío Mau

Querido Tío Mau:
Hay una niña que me gusta mucho. Ella es completamente mi tipo: es bien rara, huraña y se automedica ansiolíticos y antridepresivos según sea su necesidad. Platicando con ella bromeamos sobre rentar su cuerpo y ella me ofreció "sus servicios" por 1,000 pesos la sesión. No se si está jugando ya que regularmente cuando platicamos decimos estupideces de ese tipo. Le escribo esta carta para preguntarle qué debo hacer en caso de que la propuesta vaya en serio. La niña me interesa mucho pero mis habilidades sociales son tan pobres que mire, prefiero escribirle a usted en lugar de intentar averiguar qué onda con ella. Por favor ayúdeme.
El Financiero amigable

Querido Financiero amigable:
No mames. Ve al cajero y saca esos mil pesos, la propuesta es una ganga. Pendejo si no la tomas, te explico por qué: ayer salí con mi novia a Santa Fe, lugar que me caga, fuimos a comer y al cine. Gasté 500 en la comida, 300 en el cine, 100 en el estacionamiento más gasolina y el coraje de haber ido hasta allá a hacer cosas que pudimos hacer en cualquier otra plaza de la ciudad. Todo eso sumado es más de mil pesos. Lo peor del caso es que ni siquiera tuve sexo. Si la niña fuera tu novia gastarías más que eso con tal de tener sexo y si ella te lo ofreció para ella no es un trabajo, es más como un juego que igual y te termina favoreciendo en el mediano plazo. Así que deja de leer y ve al cajero más cercano, me lo vas a agradecer.
El tío Mau

*Para los que no entendieron, el formato de este post es copia de una columna muy graciosa que se publica en el periódico Metro y cuya autora, La tía Remedios, da consejos en temas de amor y sexualidad. Ahora que lo saben adivinen quién es el financiero amigable y quién el tío Mau (esta conversación en verdad sucedió).

domingo, 30 de enero de 2011

Clavado

Extrañaba platicar con Violet, desde que se alejó de su blog por tener una vida real siento que nos alejamos de verdad (no nos hemos visto en más de un año pero su blog me permitía creer que seguíamos cerca). Ahora que le dieron el turno de veladora en su trabajo nos hemos vuelvo a comunicar por mensajero instanteneo.

Últimamente las charlas han sido buenas, me gusta mucho platicar con ella porque tiene una forma de ver las cosas que me parece interesante y además siento que me entiende. La dinámica es entretenida, uno cuenta sus experiencias y el otro se aprovecha de eso para opinar y hacer chistes al respecto.

Hace unos momentos, cuando fue su turno de opinar, Violet comentó lo siguiente:

Violet Veela:
ese es tu problema
pero ya te lo he dicho
tu no quieres creerme
Janus:
la exigencia?
Violet Veela:
sip
y que te clavas mucho
Janus:
cómo es eso que me clavo mucho?
Violet Veela:
con todo
hasta con que decirte que te clavas mucho
necesitas una dosis de valemadrismo
Janus:
chale
eso sí me dolió
pero debe ser porque tienes razón
Violet Veela:
claro
no te claves tanto
con nada
ni con la tristeza
cuando sientas algo que te clava
piensa en otra cosa

Parte de mi esencia es esa, sobreanalizar las cosas y torturarme con ellas, seguro a eso se refiere con clavarme, ja. Casualmente esta semana pensé en el valemadrismo. En algún punto de mi vida las cosas se me resbalaban, claro, era un momento más sencillo donde me iba bien en la vida que se limitaba a ir a la escuela y ser un buen hijo.

No pensar no me funcionó tan bien como hubiera querido, necesito volver a intentarlo. Creo que si me estoy tomando la vida demasiado en serio y no me está yendo muy bien que digamos.

sábado, 29 de enero de 2011

Semana larga

Esta semana fue estúpidamente larga, la más larga en mucho tiempo. En lugar de ser mi semana de descanso (como si no echara la hueva lo suficiente el resto del mes) resultó ser una semana llena de presiones tanto por mi culpa como por culpas ajenas.

Descubrir que tienes muchos errores al hacer tu trabajo no es grato, sobretodo cuando son errores que hubieras notado fácilmente si hubieras revisado lo que hiciste cuando terminaste o si hubieras prestado atención a un indicador llamado "varación". La ventaja de la contabilidad (no soy contador pero hago ciertas cosas que debería hacer uno de ellos) es que todo se puede ajustar si hay suficiente margen, un poco de magia y a rogar que no investiguen más a fondo.

Afortunadamente errores ajenos que me llevaron a tener que corregir lo entregado y eso enmascaró un poco mis propias fallas. Ahora debo aprender la lección y tener más cuidado con lo que hago. Copiar y pegar es más difícil de lo que parece.

Todo lo acontecido esta semana me puso a pensar y me dí cuenta de cuánto me desagrada mi empleo. Es un empleo cómodo puesto que con el suficiente cuidado no tendrías problemas, básicamente es sumar y restar, y recibo una cantidad puntualmente cada quincena que no me pagarían en ningún otro lado pero el precio que estoy pagando es terriblemente alto, estoy perdiendo tiempo valioso para echar a andar mis proyectos además de que en verdad que el trabajo contable me hace infeliz. No necesito ayuda para ser infeliz, lo sé hacer perfectamente.

Llegué a la conclusión (sí, a veces también puedo llegar a conclusiones después de mucho análisis) de que es hora de empezar a buscar nuevos aires, aires de emprendimiento y no de empleado. En mi mente el plan para echar a andar mis proyectos personales ya está trazado, un par de meses más y será económicamente viable si limito mis gastos al mínimo.

Maldita semana larga que rompió mi burbuja de comodidad... lo malo es que la semana que entra puede ser parecida y definitivamente no quiero eso.

sábado, 22 de enero de 2011

Desconsideración

Nada como que te despierten a las 8 a.m. de un sábado para actualizarte en lo que a problemas económico-familiares se refiere. Desde entonces no he podido dejar de pensar. ¿No podía esperar hasta después del desayuno? Al menos así el hambre no influiría en toda la basura que pienso.

martes, 18 de enero de 2011

Políticas de la empresa 2011 - #1 y #2

Este año me he impuesto dos políticas, hasta el momento, para regir mi comportamiento buscando maximizar el disfrute o en el peor de los casos minimizar depresiones. A continuación describo las políticas y su actual avance.

Política de la empresa #1: This is Sparta! o Gateando se aprende a caminar

Motivados por la falta de mujeres en nuestras vidas, y creo que en parte inspirados en mi último encuentro sexual con una mujer poco agraciada mientras me encontraba en estado de ebriedad, mis amigos y yo decidimos que 2011 sería el año para bajar nuestros estándares y conseguir mujeres más accesibles.

Por mi parte reporto un avance mínimo. El poco trabajo descrito en los posts anteriores se ha visto retrasado por algo fuera de mis manos: la susodicha renunció el viernes. Por tal motivo, si pretendo algo con esa mujer ahora tengo que buscarla por fuera y en fin de semana... ¿Ven por qué me revienta hacer planes? Al final todo se mueve en mi contra, con lo perseverante que soy...

Empezaré a alcoholizarme más seguido a ver si así pesco algo.

Política de la empresa #2: No pensar o La ignorancia es la base de la felicidad

Si son asiduos lectores de este su blog depresivo de confianza conocen perfectamente que mi más grande vicio y que a la vez es mi más grande defecto es sobreanalizar todo. La practicidad que este hecho ha tenido en mi vida es técnicamente nula puesto que cuestionarme todo y querer conocer las causas y posibles efectos que tendrá o tuvo una decisión en mi vida sólo me ha llevado a acumular problemas mentales y a casi perder, o perder, distintas experiencias.

Con esta política de la empresa me propongo evitar prolongar mis pensamientos y tomar decisiones basado en la información estrictamente necesaria cuando se trate de un evento que requiera análisis. Para esos momentos de ocio o traslado, como viajar en metro o caminar rumbo a casa, donde acostumbraba ir pensando en un tema para divagar y llegar a un punto que me hiciera sentir mal, esta política indica que debe sustituirse todo ese filosofar inútil por una actividad sencilla como cantar la canción más pegajosa que recuerde. Ejemplo de las canciones autorizadas son Celos, Pokerface, Tropecé de nuevo y con la misma piedra, etc.

Está política presenta un mayor avance aunque no va como quisiera, aun tengo esos pequeños arranques de meditación que terminan molestándome aunque ya cuento en mi haber con decisiones tomadas bajo este nuevo sistema donde al parecer hice lo correcto para la situación.

Este es el primer reporte de avance en el cumplimiento de las políticas para este 2011. Estaré actualizando según vaya pasando el tiempo y se vaya comprobando la utilidad o deficiencia de las mismas o se agreguen más al catálogo.

martes, 11 de enero de 2011

Lo que ellas quieren...

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"A veces las mujeres ya no quieren tanta cortesía sino un buen putazo" (Hernández, M., 2011)
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martes, 4 de enero de 2011

Ese sí fuí yo

No pensar es una tarea más difícil de lo que uno quisiera. Ojalá todo fuera como seguir una serie de instrucciones sin recapacitar en ellas. Pero no, así no funciono. Mi amigo de la oficina me recomendó ponerme el saco y desarremangarme para ir a comer con C. (la asistente de R.H. del post anterior). Me negué rotundamente, odio los sacos y detesto traer las mangas de la camisa abajo después de las 12 si hace calor. Dijo que era para darle la impresión de haberme arreglado para ella (lo cual sería mentira puesto que mi saco está eternamente colgado en mi respaldo, es sólo para que el jefe crea que lo uso pero nunca lo saco de la oficina). Me negué todavía más alegando que eso sería mentirle y que prefería hacerle saber que "lo que ve es lo que hay". Según él, ese es mi gran error: no mentirle a las mujeres.

Salió tarde para ir a comer, me tuvo esperando alrededor de 10 mins por lo que tuve que hacerle plática al vigilante, afortundamente el sujeto me cae bien. Nos dirijimos al sitio que me recomendaron para comer lassagna, estaba cerrado por periodo vacacional así que terminamos en una fonda equis cual oficinistas que somos.

La plática fluyó lenta, pero fluyó que es lo importante. Me empecé a sacar de onda cuando empezamos a hablar de antiguos empleos. Mientras yo sólo puedo hablar de uno, ella saco como cinco. Recordé que alguna vez me dijo que tomaba clases los sábados, creí que ese sería un buen tema para salvar el barco. Terminé hundiéndolo más, resulta que estudia masajoterapia o como sea que se le diga al estudio de los masajes. Mi mente de inmediato voló, afortunadamente pude contener mis comentarios guarros sobre los masajes con final feliz, eso hubiera sido el acabose.

Decidimos caminar y buscar donde comprar un postre. Estoy tan oxidado en esas reglas, a mi juicio tontas, de cortesia del cortejo que no fue hasta medio camino cuando noté que ella iba caminando del lado de la calle en lugar de ir pegada a la pared (¿notan lo idiota de esto?) hice evidente mi error buscando parecer arrepentido pero no pude evitar, o no quise evitar, mostrar mi desaprobación a esos convencionalismos. Ella alego en favor de éstos pero termino por decir, buscando darme por mi lado supongo, "pero esté bien que seas así, si así eres tú". Segundo error según mi amigo.

A las 4 en punto la dejé en la puerta de la oficina y me dirigí a mi lugar con el sentimiento que me ataca siempre que tengo un acercamiento interesado con alguna mujer: sentí que había hecho algo mal. Mi amigo dice que es normal, que la primera vez que pasas mucho tiempo con alguien siempre es incómodo pero con el paso de las salidas uno termina acoplándose. Era lo primero que decía y que tenía sentido para mi. También opina que C. se arregló un poco más que todos los días, a mi no me lo pareció aunque soy pésimo para identificar esos detalles.

Puede que sea mi autoprejuicio pero cada vez me siento más torpe para estas interacciones humanas. Afortunadamente no quiero reproducirme porque de seguir así jamás lo conseguiría. De todas formas sigo pensando que sólo pierdo mi tiempo intentando ser algo que no soy ni quiero ser con una mujer que me lleva diez años y con la que seguramente no tendré mucho que hablar en futuras ocasiones. En pocas palabras: bien hecho, Janus. Lo hiciste otra vez.

lunes, 3 de enero de 2011

Ese no fuí yo

Como he mencionado varias veces en este, su blog depresivo de confianza, en mi cabeza hay varias voces que me dicen diferentes tipos de cosas. La más común de ellas es esa voz que me hace sobreanalizar todas las cosas que me suceden y las decisiones que tomo. Hay otras cuyo tono es más bajo que la anterior, razón por la cual no logran imponerse y terminan perdidas en algún rincón de mi disfuncional cabeza.

Hoy en cubiculandia, digo, en la oficina volvió a imponerse una de las voces que más que decirme qué hacer hacen callar a la voz dominante. Si recuerdan, hace unos post mencioné a la asistente de recusos humanos que mis amigos de la oficina insisten me ligue, pues hoy dicha asistente fue a mi lugar a darme mi abrazo de año nuevo. Le hice mi acostumbrada plática amistosa y de repente, no se cómo, percibí la oportunidad de invitarla a comer. Regularmente la voz dominante me diría "no hagas pendejadas" y así fue, el problema está en que por alguna razón yo ya estaba terminando de decirle "A ver qué día vamos a comer" cuando me percaté de lo que estaba haciendo.

No puedo explicar qué sucedió, por un momento dejé de pensar y seguí mis instintos, o al menos eso creo que es la voz que consigue callar a mi razón. Aun así intenté corregir y traté de dejar las cosas en una invitación al aire diciéndole "pero tu me avisas cuando, eh". Nunca consideré que ella, tras pensarlo 5 segundos contestaría "bueno, ¿mañana está bien?".

Y es así como mañana iré a comer con esta mujer, que según mis fuentes está en los mid-30 y está disponible.

Esperen la próxima entrega con el desenlace de esta historia.